«A veces me pregunto qué sucedería si todos fuéramos plenamente conscientes sobre nuestro transcurrir.
Poder confrontar esa inevitabilidad de lo lineal y reconocerse por fuera de una temporalidad preestablecida.
¿Cómo sería tomar una porción o segmento (aquello a lo que se denomina con un principio y final) donde dicha espacialidad, a partir de una imagen o discurso, se pudiera fragmentar y generar nuevos trayectos?.
¿Por qué no pensar a la geometría como un dispositivo lento, que por momentos abandone su carácter de velocidad para repensar al movimiento como algo denso?.
Tener la posibilidad también de fijar la mirada en un elemento concreto, a veces al límite con otros y algunos en perfecta soledad. Brindándonos un tiempo para reflexionar sobre su condición. O quizá pensar también, si es necesaria su existencia.»
La pintura, en tanto lenguaje visual, como también procedimiento, favorece en mi práctica la posibilidad de una apropiación y reconstrucción sobre aquellos elementos que persisten en nuestro imaginario cotidiano.
Mediante una síntesis de las formas, la variabilidad de sus soportes y un abordaje simbólico en el tratamiento del color, concibo a la misma como campo propicio entre el pensamiento reflexivo, la materia y a ese tipo de estado o naturaleza temperamental del espacio pictórico en su propia temporalidad.
Algunos de mis abordajes comprenden a la pintura como ilusión, entre planimetría y volumen en clave surreal. Apuntan hacia lo sistémico, al diseño como imagen y concepto mediante la señalética urbana, como también hacia la configuración de arquitecturas emblemáticas.
Además, como dispositivo estratégico, expando a la pintura como objeto: Posible corporeidad atravesada por procesos sociales de ánimo industrial.
Gran parte de mi producción cuestiona el carácter o peso simbólico de las imágenes y aquellos elementos físicos, que vinculados a su carga alegórica o discursiva, reconfiguran y condicionan nuestras capacidades asociativas para percibir la realidad. De qué modo nos vemos involucrados ante determinadas estructuras, que modifican nuestras acciones cotidianas, y acaso invitan a naturalizar la búsqueda de algo abstracto, inasequible -aquello que entendemos por artificio-, pero que a su vez nos resulta imprescindible.
La pregunta sobre el devenir constante de las imágenes, las palabras y los objetos como fenómeno, con la intención de provocar cruces y tensiones entre lo que reconocemos como arte, cultura, historia y progreso.
Pablo Sinaí